La práctica de Yoga en occidente se ha extendido muchísimo en los últimos años. Hoy en día, millones de personas disfrutan de los beneficios que ofrece esta milenaria disciplina. En parte, este crecimiento se debe a que cada vez es más fácil tener acceso a las enseñanzas del yoga: cada día surgen más estudios, se agregan clases en gimnasios, y nuevos instructores comienzan a transmitir sus conocimientos.
Pero sin duda, uno de los más grandes cambios en la manera en que las personas practican yoga se debe a la cantidad de material que se puede encontrar en internet.
Desde guías paso a paso para realizar asanas hasta clases enteras en video, actualmente contamos con muchísimos recursos al alcance de la mano. Y esta es una de las razones por las que cada vez más personas se animan a practicar yoga en casa.
Realizar tus rutinas a diario en la comodidad de tu hogar es una experiencia sumamente rica y placentera. En nuestra nota de hoy, decidimos explorar algunos de sus beneficios para que tú también te animes a embarcarte en este maravilloso viaje de autodescubrimiento y búsqueda de bienestar.
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Antes de empezar
Por supuesto que este artículo no esta pensado para menospreciar las clases de yoga. Estas nos brindan beneficios únicos, empezando por el más obvio: cuentas con la presencia activa de un instructor que puede guiarte y corregirte de forma personalizada, algo que una clase en video no puede hacer. Este es un factor de vital importancia para quienes nunca han practicado antes, o apenas están iniciando. Si vas a empezar desde cero, lo mejor es que busques una clase de yoga inicial que te permita adquirir los conocimientos básicos y consciencia de tu propio cuerpo.
Por otra parte, la energía de grupo que se vive en una clase es algo irremplazable. Se hace aún más especial si acudes habitualmente a una en particular con las mismas personas, gestando un gran espíritu de comunidad.
Dicho todo esto, a veces asistir de forma regular a clases de yoga es más bien un lujo. Practicando en casa puedes hacer del yoga una parte de tu vida diaria, aún si no puedes asistir a clases. Además, practicar en tu hogar tiene una serie de beneficios que hacen de la experiencia algo diferente. Decidimos enumerar algunos de ellos, asi que, sin más preámbulo, ¡empecemos!
1. Maneja tus tiempos
Para la mayoría, acudir a una clase de yoga puede significar una gran inversión de tiempo. Si sumamos un mínimo de una hora de práctica, más el tiempo de viaje y un pequeño margen, puedes llegar a necesitar hasta tres horas Siendo realistas, tres horas al día unas tres veces por semana no es un lujo del que todos podamos disponer.
Claro que este cálculo se reduce bastante si vives a pocas cuadras de un estudio o gimnasio, pero igualmente existe otro factor a considerar: los horarios ofrecidos. Muchas veces sucede que el horario de la clase que nos encantaría tomar coincide con la oficina, llevar a los niños al colegio, o cualquier otra responsabilidad ineludible.
En este sentido, los beneficios de practicar yoga en casa son evidentes. Existe hoy en día una oferta más que amplia de clases y guías online, a las que puedes acceder en cualquier momento del día. No sólo eso, puedes hacer tu rutina tan corta o larga como desees. Sin dudas es más fácil tomarse unos 20 o 30 minutos a diario que un par de horas tres veces a la semana, por lo que, desde casa, puedes generar el hábito de practicar yoga todos los días.
2. La solución para quienes viven apartados
Para quienes viven en grandes ciudades, es casi impensable no tener una clase de yoga relativamente cerca de su hogar; la gran difusión de esta disciplina ha causado una verdadera explosión de centros de yoga y clases incorporadas a estudios y gimnasios, al punto que la oferta parece casi inagotable.
Sin embargo, quienes viven más apartados, en el campo o en localidades más pequeñas, probablemente no tengan ese lujo. A veces no hay ningún instructor de yoga en la cercanía, mientras que otras simplemente no encuentras a uno de tu agrado y se te acaban las opciones.
Realizar yoga en casa te permite elegir tu profesor a través de la pantalla. Puedes probar todas las clases virtuales que quieras, en distintas modalidades, con distintos guías, sin que tu lugar de residencia sea un inconveniente.
Si eres un yogui más avanzado, o si conoces y respetas muy bien los límites de tu cuerpo, también puedes ser tu propio guía. Te recomendamos leer artículos, libros, instrucciones de asanas paso a paso, y todo lo que puedas conseguir sobre la disciplina. Mientras más profundices tu conocimiento, más rica será tu práctica de yoga.
3. Aprendes a identificar tus necesidades
Si bien el yoga es una práctica plenamente personal e introspectiva, en una clase existe una retroalimentación energética entre el grupo y con el instructor. Al practicar solo, tu energía se dirige enteramente hacia ti. Esto puede traducirse en una mayor comprensión de tu cuerpo y tus emociones, así como de lo que necesitas en un determinado momento.
Cuando decides tú mismo el curso de tu sesión de yoga en casa, eliges qué posturas realizar, y puedes dedicarle más o menos tiempo según lo necesites. Incluso puedes identificar una problemática en tu vida, o una necesidad corporal especifica, y dedicar toda una rutina a ella.
4. ¡Puedes ponerte lo que quieras!
No nos malinterpretes: claro está que una clase de yoga no es ni remotamente un evento de gala al que debas ir con tu mejor atuendo. Si bien hay algunas convenciones y recomendaciones con respecto a qué usar, estas responden a necesidades practicas, como la comodidad, y, en ciertos casos, espirituales y energéticas, como la elección de colores.
Sin embargo, no creemos que mucha gente esté dispuesta a llegarse hasta su gimnasio en pijamas. Estando en casa puedes saltar de la cama derecho a tu mat, sin necesidad de cambiarte.
5. Prepara tu propio espacio
Cuando hablamos sobre cómo empezar a practicar yoga en casa, hicimos hincapié en la importancia de designar un lugar para realizar tus sesiones. De preferencia, debe ser un espacio o habitación exclusiva para la actividad, pero claro, en la mayoría de los casos esto se hace imposible. Así que puedes enfocarte en elegir un lugar privado y confortable, bien aireado y que no interfiera con el movimiento de otras personas. A medida que practicas, tu espacio se irá llenando de tu propia energía positiva.
Más allá de esto, una vez que designaste tu espacio, ¡puedes personalizarlo! Aunque no parezca, la ambientación puede jugar un papel muy importante, dando tono a tu sesión de yoga. En la comodidad de tu hogar, puedes experimentar prendiendo o apagando luces, dejando entrar la luz natural, encendiendo velas, utilizando música o sonidos ambientales, ruido blanco, ¡incluso aromaterpia! Las opciones son infinitas, tal como tu libertad para jugar y explorarlas.
6. Refuerza tu compromiso contigo mismo
Todos tenemos esos días en los que nos falla la motivación o la voluntad y estamos al borde de preferir quedarnos en la cama antes que realizar cualquier tipo de actividad. Aunque tu compromiso sea principalmente contigo mismo y tu bienestar, existen varios factores externos que pueden actuar como incentivos cuando se trata de acudir a una clase: puedes querer ver a tus compañeros, no “fallarle” a la amiga con la que asistes, o simplemente un motivo más terrenal: “ya he pagado la clase, sería un desperdicio perdérmela”. Los que mencionamos son simples disparadores, claro está, pero muy útiles cuando flaquea nuestra disciplina.
Al desaparecer estos incentivos de terceros, te quedas únicamente con tu compromiso contigo mismo. Es allí donde la práctica de yoga en casa puede convertirse en una gran prueba para tu constancia y disciplina.
Por otra parte, nos presenta una constante prueba de amor a tu cuerpo. Como marcas tu propio ritmo, muchas veces aparece la tentación de realizar asanas para las que no estás preparado. Debes saber reconocer y aceptar tus límites y tus tiempos; no hacerlo puede resultar en accidentes y lesiones. Ésta es también una gran lección para el ego, ya que es éste quien nos empuja a querer realizar ciertas posturas únicamente por el hecho de ser más avanzadas.
En conclusión
La presencia activa de un profesor que pueda guiarte personalmente en tu camino es invaluable, pero tomarse unos minutos a diario para encontrarte contigo mismo en la comodidad de tu hogar tiene otros beneficios únicos. No es necesario que remplaces una modalidad por la otra: puedes asistir a clases un par de veces por semana y sumar rutinas cortas a diario, o cuando lo necesites.
Tampoco hace falta que empieces buscando largas clases o rutinas online. Un Saludo al Sol por la mañana para empezar el día con energía, o un par de posturas restaurativas por las noches para dormir mejor, son algunos ejemplos de pequeñas rutinas que puedes incorporar a tu vida para que el yoga comience a formar parte de ella como hábito diario.
En cuarentena no quedó otra y el yoga se mudó a los hogares, los profes que siempre defendieron el “estudio de yoga” como lugar sagrado empezaron a dar clases on-line sin reparo. No reniego de eso. Al contrario. Solo pido tener la mente abierta, más allá de pandemias o catástrofes, ninguna técnica o herramienta debe quedar afuera del mundo moderno y sus “reglas”.
Yo tomé clases personalizadas un año y medio aproximadamente, luego segui en casa por razones de horarios, me ayudaba con videos y lecturas de en Internet, aprendiendo nuevas posturas, para es una disciplina de vida, he tenido lapsos de no hacer yoga, pero siempre vuelvo, pues mi mente y mi cuerpo lo requieren. Amo esta práctica! Saludos!
Maravilloso testimonio, Yolanda! Gracias por dar cuenta del yoga como una práctica que se incorpora de por vida. Namaste!
Oh!!! Sí, yo sólo había tomado algunas clases de yoga y quería tener cierta rutina para practicarla pero varios factores como económicos, de transporte y tiempo invertidos para asistir a un lugar, comencé a hacer yoga en mi casa, lo hice por unos 9 meses y efectivamente obtienes muchos beneficios tales como autodisciplina, autoconocimiento de ti, tu cuerpo, emociones, sólo te enfrentas a tí mismo, y puedes practicar lo q en ese momento estás necesitando, hacer rutina corta o larga, suave, difícil, etc. Ahora asisto a un lugar y sí es muy diferente, pero sé q puedo practicar en el momento q lo necesite, como lo necesite. Muchas gracias!!
Gracias por tu hermosa experiencia Angela! Sin duda, uno de los mejores aprendizajes es saber hacer convivir la práctica de yoga en un salón con la práctica en casa, no tienen porque ser sustitutivas. Namaste!
Gracias por compartir y brindar sugerencias para hacer yoga en casa, muy utiles
Gracias a vos Bertha por el comentario, ojalá puedas ponerlas en práctica y contarnos tu experiencia. Namaste!