Osteopatia: qué es y para qué se utiliza

Osteopatía: Una disciplina Holística

¿Qué es la Osteopatía?

La Osteopatía es una terapéutica manual, fundada sobre un conocimiento preciso de la anatomía, la biomecánica y la fisiología del cuerpo humano, para lograr el restablecimiento y la preservación de la salud, así como la prevención de la enfermedad.

Está basada en un examen clínico exhaustivo y la utilización de todos los medios diagnósticos, con el fin de poner en evidencia las disfunciones, la ausencia o disminución de la movilidad de los tejidos que alteran el equilibrio del organismo.

Como disciplina, la Osteopatía no es nueva. Andrew Taylor Still fue el padre de ella. Oriundo de Virgina, EEUU, en el año 1874 la crea y comienza a ponerla en práctica.

Su filosofía se basa en el concepto de la unidad estructural del organismo vivo y sus funciones.

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Hoy en día, la medicina alopática no ha cesado de dividir al hombre, de fraccionarlo, de cortarlo en trocitos. Vamos a consultar a un gastroenterólogo, a un cardiólogo, a un traumatólogo especialista en rodilla, etc; pero la visión del hombre en su conjunto ha desaparecido. Es por ello que me dediqué a estudiar Osteopatía, Kinesiología Aplicada y PsicoNeuroInmunología Clínica. Todas estas formaciones con visiones holísticas del ser humano.

Qué es la Osteopatía
La Osteopatía es una terapéutica manual que busca lograr el restablecimiento y la preservación de la salud, así como la prevención de la enfermedad.

¿Por qué es Holística la Osteopatía?

Vamos a poner algunos ejemplos.

¿Cuántos terapeutas hacen el intento de buscar una relación entre un órgano y su proyección cutánea?

Muchas veces un codo de tenista puede venir de un problema de codo, pero igualmente de un problema de cervicales o también de un problema visceral. Sé que le será difícil relacionarlo de esta manera al que no ha estudiado la Osteopatía, pero voy a poner algunos ejemplos analógicos.

Supongamos que un ingeniero forestal se encuentra con un árbol enfermo o una plantación. Enseguida desencadena en él mecanismos de diagnóstico. Intentará valorar qué tipo de enfermedad tiene, analizando localmente la zona del árbol alterado pero, simultáneamente, también se estará preguntando: ¿es un problema local en el árbol o atañe al árbol entero? ¿El problema viene de la raíz, del sustrato, de la tierra que se alimenta? ¿Podría ser un problema más amplio y afectar a todo el bosque o cultivo? Así sucesivamente irá cambiando los planos de análisis, desde el más pequeño y aislado hasta el más amplio y global.

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Pondré otro ejemplo. Imaginemos por un momento que al llegar a casa encontramos un charco de agua en la cocina. Podemos pensar que simplemente a alguien se le ha derramado un poco de agua, pero si poco después de secar el charco, éste vuelve aparecer, todos pensaríamos que hay algún tipo de fuga. Si llamáramos a un plomero, éste enseguida comenzaría a investigar de dónde viene la fuga. Buscaría humedades en el techo, una gotera, e iría más allá analizando posibles fugas en el vecino de arriba. Sería inaceptable para nosotros que este plomero, una vez encontrada una gotera en el techo, se dedicara a emparcharla o encubrirla con pintura aislante, o simplemente nos recomendara secar el charco cada vez que aparezca. Seguramente le exigiríamos que encontrase el auténtico origen de la fuga.

Frecuentemente, en la mayoría de las patologías del sistema músculo esquelético, que aparecen de forma no traumática, sólo se trata el dolor, la inflamación, el síntoma (el charco, en definitiva) como si éste fuese todo el problema, sin analizar más allá de simples factores desencadenantes (que no son más que la gota que rebalsó el vaso). De la misma forma que hace el plomero, el osteópata, además de tratar el síntoma, siempre se pregunta factores causales, más allá de lo que vemos con los ojos. Debido a eso, la inspección, evaluación y entrevista inicial son primordiales para el abordaje osteopático.

A esta manera de ver lo que sucede en el cuerpo, de buscar la causa o causas principales y establecer una cadena de lesiones que nos lleve hasta el síntoma manifestado, a eso, nosotros lo llamamos Globalidad o Pensamiento Holístico y no conocemos otra manera de trabajar más que viendo la totalidad del ser.

O sea, ¿un dolor de espalda o un dolor de hombro puede ser originado por un mal funcionamiento de un órgano?

Sí, claro. El sistema músculo esquelético sería como el tablero de un automóvil. Muchas vísceras transmiten allí su mal funcionamiento porque comparten inervación con estas zonas de piel, músculos, o huesos. Y el cerebro percibe o, mejor dicho, tiene mejor representación mental de los músculos que de las vísceras.

Cierre los ojos y sea consciente de dónde está su brazo en este momento. ¿Lo ubicó? Bueno, intente hacer lo mismo con su estómago, o intestino delgado. Difícilmente pueda, ya que estos tejidos no tienen buena representación en su cerebro.

Qué es la osteopatia
La filosofía de la Osteopatía se basa en el concepto de la unidad estructural del organismo vivo y sus funciones.

Es por ello que nuestra hipótesis de trabajo desde la Osteopatía es la siguiente: en situación fisiológica normal, un órgano, una articulación, por ejemplo, es móvil gracias a las serosas que lo rodean, a los fluidos, a las fascias, a los ligamentos y demás tejidos flexibles y vivos que conectan con el resto del organismo.

Tal órgano o articulación se desliza, se mueve, vive y vibra, palpita y funciona en su ambiente. Cualquier pérdida de movilidad por fijación, traumatismos o adherencias a otras estructuras, por ínfima que sea, es indicio de una lesión en ese órgano o articulación.

Nuestra finalidad como Osteópatas es mejorar la fisiología de un órgano o articulación, devolviéndole la movilidad y motilidad, que son la clave de una buena homeostasia.

¿Y por qué aparece el dolor?

El dolor es una sensación homeostática. Es un mecanismo de supervivencia cuyo propósito es proteger al cuerpo. Es una sensación subjetiva desagradable cuyo propósito es motivarte a hacer algo, por lo general, para proteger las partes del cuerpo que el cerebro piensa (correcta o incorrectamente) que están en peligro o dañadas.

Hoy sabemos que el dolor es una salida del cerebro, no una entrada del cuerpo. Éste es el cambio de paradigma fundamental que ha ocurrido recientemente en la ciencia del dolor. El dolor es creado por el cerebro, no es percibido pasivamente por el cerebro como una sensación que llega del cuerpo.

El dolor puede ser desencadenado por factores no relacionados con el daño físico. No es sorprendente que la insatisfacción en un trabajo, estrés o un problema emocional se vinculen con un dolor de espalda.

Además, también se ha demostrado que los estados emocionales como la ira, la depresión y la ansiedad reducen la tolerancia al dolor. Aunque es difícil de creer, las investigaciones proporcionan pruebas sólidas de que una parte importante del dolor de espalda crónico se debe a factores emocionales y sociales, más que al daño físico real de los tejidos.

Yo hablo siempre de una tríada de salud:

Siempre, sea cual sea el problema de salud, considero al paciente como un triángulo equilátero donde cada lado es una de estas partes. Es un Triángulo de la Salud, una visión Holística e Integral del paciente.

Leonardo oyola: osteopatia holistica
La tríada de salud está formada por tres lados: Mente-Psiquis-Emoción; Estructura; y Química.

Y hoy en día, ¿por qué nos enfermamos?

En la actualidad, el ritmo de vida tan acelerado que llevamos, el sedentarismo, una alimentación desequilibrada, la contaminación ambiental, etc., hacen que proliferen enfermedades crónicas que nuestros antepasados del paleolítico apenas padecían, tales como: la diabetes, el sobrepeso, las enfermedades del corazón, patologías autoinmunes o hasta el cáncer.

La población mundial padece todas estas diversas afecciones crónicas no transmisibles de características pandémicas (ECNT / Enfermedades crónicas no transmisibles). Las ECNT afectan a una gran cantidad de personas de todas las nacionalidades y de todos los medios sociales, y alcanzan unas proporciones epidémicas en todo el mundo. Estas enfermedades suponen conjuntamente la mayor cuota mundial de fallecimientos y discapacidades.

Quienes sufren estos problemas, a menudo reciben un tratamiento a base de medicación, fisioterapia y otras intervenciones centradas en los síntomas.

A veces pienso que si un animal en un zoológico presenta problemas de salud, fertilidad o comportamiento, un buen encargado o veterinario lo “trata” recreando su entorno natural (lo que incluye su alimentación nativa y oportunidades de actividad física e interacción social) y, de esta forma, probablemente resuelva un síntoma de una carencia.

¿Por qué aplicamos una lógica distinta cuando se trata de seres humanos? ¿Acaso una persona que no está bien y tiene una cefalea crónica o una persona que tiene problemas de nervios o ansiedad padece una deficiencia de paracetamol o de clonazepam? Si el recrear su hábitat natural ayuda a los animales a recuperar la salud, ¿no resulta lógico suponer que lo mismo se aplica al Homo sapiens sapiens (Humano moderno)?

Esto es lo que hacemos hoy desde la Psiconeuroinmunología Clínica con el ser humano. Es un gran complemento a la Osteopatía para devolver la salud a la persona.

¿Qué es la PsicoNeuroInmunología (PNI)?

Es una disciplina clínica, como su nombre indica, que no se limita al ámbito académico, sino que constituye una ciencia práctica y que ofrece gran posibilidad de tratamientos para patologías tales como: la obesidad, el síndrome de fatiga crónica, el síndrome de colon irritable, la depresión y muchas otras dolencias contemporáneas. Sobre todo, se basa en pilares como la alimentación (en todas sus formas), la actividad física, las intervenciones psicosociales, la epigenética, la resoleómica y el aprendizaje profundo.

Es un área científica interdisciplinar, donde se analizan las conexiones entre disciplinas tales como la psicología, la neurología, la inmunología, la endocrinología, la biología evolutiva y la epigenética.

Cada vez más investigaciones demuestran que la fisiología del ser humano y el medio externo en el que vive tienen una interacción dinámica. Por lo tanto, una división excesiva de especialidades médicas como la que se practica en la medicina actual, llega a obstaculizar la comprensión, y con ello, en último término, el tratamiento de afecciones menos crónicas.

Por eso, la PNIc analiza minuciosamente las diferentes interacciones para poder generar una visión global e integral de la salud del paciente, y así poder formular estrategias terapéuticas que aborden el origen del problema, en vez de luchar sólo contra los síntomas del mismo.

Es una disciplina que en los últimos 20 años ha estado muy volcada a la investigación, donde se han ido acumulando una serie de conocimientos y evidencias que nos permiten hoy aplicarlo en la consulta para la mejora de la salud del paciente.

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¿De qué depende el éxito de la sesión o de un tratamiento?

Cuando se juntan “las ganas” del paciente y “la vocación” del profesional, estamos más cerca del éxito. Muchas veces somos los responsables de mejorías notables, pero esto también depende del paciente, de las ganas, de su cuerpo y de que se entregue a la mejoría.

En mi consultorio, vuelco todo aquello en lo que fui formado e informado y tras el relato del paciente que manifiesta el motivo de su visita, realizo un diagnostico clínico y osteopático para finalmente encontrar esas restricciones y poder tratarlas. En el caso de que el problema involucre otras esferas, desde la PNIc planteamos sugerencias e intervenciones para hacer mucho más completo el tratamiento.

En muchas oportunidades me considero un afortunado siendo un espectador en primera fila, cuando es el dolor que se adueña de la salud de quien nos visita (dolor, muchas veces, padecido por meses o años), pudiendo intentar su mejoría. Y cuando esto ocurre, ¡qué alegría, qué paz interior, qué sensación de haber cumplido con éxito el juramento hipocrático! Es el compromiso profundo por lo que hago, ese intento de ayudar a que el paciente esté mejor, lo que me acerca a lo más humano que existe en cada uno de nosotros.

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Leonardo Oyola

Lic. Leonardo Oyola
Kinesiólogo y Fisiatra UBA - MN 9955
Osteópata – Escuela Osteopatía de Madrid.
Psiconeuroinmunologo – Natura Foundation (Holanda).
Docente Técnicas Kinesicas III - Universidad de Buenos Aires (UBA).
Monitor Docente - Escuela Osteopatia de Madrid (EOM)
Docente de la Formación Kinesiología Aplicada.
Desde muy temprana edad, la curiosidad por reparar objetos, construir y diseñar se hizo presente en mí y luego, la decisión de una escuela industrial para los estudios secundarios, potenció esta inquietud y la necesidad de buscar el correcto funcionamiento de las cosas.
En la adolescencia, un fuerte esguince de tobillo en medio de un partido de fútbol seguido de una larga rehabilitación, también me ayudó a descubrir el gran interés por la medicina, la posibilidad de ayudar a reparar el cuerpo humano y ayudarme a comenzar la carrera de Kinesiología y Fisiatría en la Universidad de Buenos Aires. Transcurriendo el cuarto año de la carrera, cursé una materia llamada Técnicas Kinésicas III, que me introdujo en el mundo de la Osteopatía.
Nunca dejé de estudiar y, hasta hoy, me sigo capacitando día a día. Actualmente me encuentro en la realización de un estudio científico para la obtención del Diploma Internacional de Osteopatía. Con el placer en el alma de saber quetransitar mi carrera profesional con ansias de escuchar a cada paciente, conocer sus necesidades y ayudarlo en el camino de la comprensión y la evolución, lograr el mejor funcionamiento de su cuerpo, de su vida.

3 comentarios

  • Leo querido un placer haberte conocido este año y que te hayan conocido mi marido y mi hijo
    Se nota tu profesionalismo pero aun
    Más tu don de gente
    Seguiremos trabajando juntos para lograr el tan deseado equilibrio!!
    Lo mejor para vos!

  • Gracias Leonardo por poner el alma en tu profesión.
    Me ayudaste muchísimo con mi hernia de discos.
    También me ayudaste con mi problema ginecológico.
    Con tu tratamiento pude cumplir mi sueño de viajar.
    Gracias,Gracias,gracias????
    A seguir estudiando y dando todo.
    Bendiciones.

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