Cómo controlar las emociones y mejorar la relación con uno mismo

En esta nota quisiera invitarte a que hagas un trabajo de introspección y logres cambiar esa mirada que tienes de la realidad que percibes. Comprende que todo yace en tu interior para entender cómo controlar las emociones.

Un hecho o circunstancia manifiesta en ti una emoción; pero ésta puede volverse un estímulo difícil de controlar. Veamos a un caso práctico: vienes manejando y chocas. En ti se disparara una emoción, por ejemplo, la ira.

He aquí el momento en el que dicha emoción invade tus pensamientos como una lluvia de ideas desencontradas, un volcán en erupción. Pues bien, ¿qué haces con esto?

Ante cualquier situación es importante que seas consciente de tu respiración y que elijas ser tu bello observador.

Recuerda que lo que sucede es consecuencia de lo creado por ti, y las situaciones, hechos y circunstancias que se presentan en tu vida vienen a reflejar en ti el espejo de tu aprendizaje.

Ahora bien, te pregunto: ¿de qué sirve cuestionarte por qué sucedió tal cosa? En tu respuesta te irás a una narración descriptiva de la concatenación histórica de los hechos que desembocó en ese suceso. Más bien ponte en una actitud activa, de aceptación y aprendizaje, no caigas en la queja y victimización.

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Observa detenidamente, crece y evoluciona. ¿Cómo? Simplemente siendo consciente de las emociones, pensamientos y estados de ánimos que eliges en este presente.

Continuando con el ejemplo del choque de tu carro, en donde observaste que por ese hecho apareció en ti la ira, y tu mente no pudo detener miles de pensamientos (quizás todos negativos) y un estado de ánimo insoportable, ¿es posible mejorar la relación contigo en ese momento?

Si te quedas en la queja, te victimizas y cabreas, no habrá crecimiento; sólo entrarás en un círculo vicioso en donde tus respuestas serán las que quieres escuchar y nada tendrá que ver con lograr una mirada profunda de ti y analizar eso que verdaderamente te está pasando.

En cambio, si no pones el foco en lo negativo, sino en observar la situación en sí, ¿a qué te invita?

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Quizás te esté manifestando la necesidad que tienes de parar, de quitarte las vendas de los ojos y ver lo que no quieres ver; o bien tal vez te esté diciendo que es tiempo de andar con un sentido y un propósito de vida claro, sano y saludable.

Entonces una buena relación contigo mismo es ser consciente de qué te pasa hoy, aquí y ahora. Preguntarte: ¿qué sientes?

También es importante que observes tus creencias; muchas de ellas nos limitan y no nos dejan ver el horizonte. Por ello busca la vuelta; mira las cosas con diferentes perspectivas, y sé consciente de la elección libre que tienes en tu estar siendo, ya que tú eliges esto para tu vida.

Acciones tácticas para un crecimiento interior

Es importante, además, que generes disciplina, orden y alineación en tu conocimiento interior, a fin de que puedas controlar estas situaciones de tensión y, por supuesto, manejar las emociones.

Para ello, te propongo algunas acciones tácticas para un crecimiento interior en el momento que ocurre el hecho o circunstancia:

• Conecta con tu respiración, obsérvala y siente qué pasa cuando logras cautivar tu espíritu desde ese lugar. Así tu cuerpo se relajará y tendrás mayor autocontrol.
• Cambia el foco ante una situación que te genera tensión. Busca una nueva mirada o presta atención a cosas verdaderamente importante en tu vida.
• Busca soluciones y quédate tranquilo. Es todo lo que puedes hacer; ya lo demás escapa de tu control. Por ello, ten paciencia; todo fluye y si algo sucede es porque es lo que debía pasar, no te resistas ante esa emoción.

Acciones Tácticas en tu día a día:

• Camina
• Conecta con un universo creativo
• Haz Yoga
• Medita
• Sé empático con los demás y con la situación
• Aprende desde tu espejo (es un gran maestro interior, busca y profundiza en él).

Recuerda que éste es un gran camino que busca conectarte contigo en cuerpo, alma y mente. Escoge una relación plena contigo, ten presente tu escucha activa y el compromiso que asumes para vivir plenamente y feliz.

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