En esos tiempos de tecnología avanzada que nos ahorra tiempo y esfuerzo físico, estamos más cansados que nunca, más estresados que antes y más enfermos que las generaciones anteriores.
¿Cómo puede existir una paradoja tan grande? Cuanto más esfuerzo físico ahorramos, más cansados estamos. ¿De dónde viene tanto cansancio? ¿Quién lo produce y por qué?
Las personas están funcionando en su máximo límite, y en lugar de parar para observar qué les está pasando, buscan oxígeno y formas para extraer aún más energía de sí mismas. Entonces, para poder aumentar sus capacidades, mejorar sus desempeños, concluyen que todo lo que necesitan es un¨ tiempo off¨, un tiempo libre donde no necesiten pensar absolutamente nada, puedan dormir profundamente y olvidar las tareas, los compromisos. Una vez ¨reseteados¨ vuelven al punto de partida, o sea, a permanecer total y completamente ocupados para terminar estresados y agotados otra vez.
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Todo indica que la causa es la falta. Falta de tiempo, de sueño, de confianza, de autoconocimiento, de autoestima, de automotivación, de equilibrio, de rumbo. ¡DE TODO!
¿Pero qué tiene que ver autoconocimiento, autoestima, autoconfianza, equilibrio con todo eso?
Vamos por partes:
Cuando buscamos auto-observación a través de la meditación, empezamos a entender que todas esas cualidades están conectadas. Porque autoconfianza es una de las características de la autoestima. Cuando tenemos autoestima poseemos respecto por nosotros mismos, nos aceptamos de la forma que somos, reconocemos nuestros límites (sean físicos, emocionales o mentales) y nos proponemos desafíos para crecer y evolucionar. Pues la autoestima es la armonía entre nuestras cualidades, nuestros potenciales y nuestras dificultades.
Sin ese equilibrio, sin esa moderación, no tendremos sensatez y puede que nos esforcemos por demás, que vayamos más allá de nuestros límites. Si tenemos equilibrio caminamos sobre una base sólida, un punto de apoyo y de partida, que nos permite desarrollar la automotivación. Por ende, al no tener consciencia de qué es lo que nos motiva, sentimos mucho cansancio.
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Porque cuando estamos desequilibrados, el estímulo que nos hace movernos, viene de afuera, viene de una exigencia externa, de algo o alguien, más allá de nosotros. Cuando esa motivación viene de afuera, no tenemos rumbo, ni dirección. Y todos necesitamos movernos, salir del punto cero, seguir adelante, pues eso es parte de la naturaleza humana. Entonces llenamos nuestras agendas con tareas, compromisos, etc., para estar ¨ocupados¨. Pero, por no tener un rumbo, terminamos por andar sin dirección.
Marchar al azar nos da una sensación de estar involucrados con algo, de estar caminando para ¨adelante¨, comprometidos, haciendo alguna cosa, lo que parece bueno y gratificante a primera vista. Por otro lado, esa marcha sin rumbo genera un cansancio enorme, agotador, pues estamos gastando energía en vano. En realidad no estamos creciendo, aprendiendo, intercambiando, y evolucionando. No estamos tomando consciencia del todo y mucho menos de nuestros potenciales y desafíos.
Caminar sin dirección gasta mucha energía porque existe un esfuerzo enorme para no llegar a ningún lugar. Estar ocupados, con el simple propósito de ocuparnos es lo mismo que andar en círculos. Sirve para distraernos. Y todo ese quehacer nos impide entrar en contacto con nuestras emociones, nuestras verdaderas voluntades. Y esos anhelos internos van acumulándose, llenando espacio en nuestra mente, desgastándonos, pues tienen que salir de alguna forma. Pero si no tenemos tiempo de vaciarnos estamos ¨muy ocupados¨, distraídos de nosotros mismos.
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Mientras estamos muy metidos en nuestros desempeños, haciendo un millón de cosas a la vez, y una tergiversación interna va creando conflicto dentro de nosotros.
Ese conflicto es una grieta entre las cosas que ¨nos gustaría hacer, pero suelen imposibles¨ y las cosas que nosotros ¨TENEMOS¨ que hacer, que no nos permiten el tiempo para estar equilibrados y conscientes de nuestras cualidades y limitaciones.
Es como si fuéramos malabaristas intentando equilibrar un juego que no es nuestro. A veces, somos muy eficientes en mantener los platos girando, las pelotas saltando, pero esto es muy cansador, agota nuestras energías. ¿Y para qué tanto esfuerzo, tanto gasto de energía?
Si nuestros quehaceres son estimulados desde afuera, no hay forma de cumplir las tareas, pues las percibimos como exigencias y no como metas a alcanzar. Sin una motivación interna, estamos a merced de estímulos que pueden no venir, de reconocimientos que pueden no estar alineados con nuestra expectativas. Dejar que la motivación venga de afuera nos aprisiona, nos inquieta, nos desgasta y nos deja infelices y terriblemente cansados.
Por eso es tan importante el equilibrio emocional. Pues es a partir de una base estable que desarrollamos la automotivación, que es la capacidad de crear metas por nosotros mismos y de concretarlas. Al tener equilibrio, podemos observar y reconocer las herramientas que poseemos. Y de esa forma podemos transformar dificultades en oportunidades de cambio, optimización y crecimiento. La automotivación es la capacidad interna de observarnos, de percibir qué metas queremos alcanzar, trazar un plan y, después de cada objetivo alcanzado, obtener el impulso para el próximo paso. Algo que tiene principio, medio y fin.
Cuando direccionamos la energía de la automotivación en una sola dirección, adquirimos persistencia, resiliencia, nuevos estímulos, y como consecuencia, alcanzamos los objetivos tan deseados, que antes parecían imposibles. Nuestras agendas están más ligeras, nuestro tiempo se dilata, hay espacio para el ocio. Y en caso que exista aún algún cansancio, será solo físico, y no un desgaste mental. Aquel cansancio será restablecido durante el sueño y la satisfacción de haber concluido un proyecto, de alcanzar una meta, será la recompensa y un nuevo combustible para cargar nuestras energías hacia un nuevo ideal. Y así, trazando metas, obteniendo impulso, siguiendo nuestra brújula interna, ¡marchamos para adelante, de verdad!
en mi caso, el motivo del cansancio cronico era depresion, lo detecté recién cuando fui a un terapista oriental que me ayudó muchísimo, me hizo hacer terapias alternativas, desarrollar la energía qi, respirar.. sali adelante con mucho esfuerzo y sacrificio, pero por supuesto valió la pena porue además de un excesivo cansancio todo el tiempo tenia otras dificultades en mi vida diaria
me siento muy cansada, fui al medico ynada, luego comence terapias alternativas, hice reiki, tambien yoga y ejercicios de respiracion, no logro aun salir de este estado que me entristece mucho.. me gusto su articulo, espero sea una luz en mi camino. namaste.
realmente muy útil la información, aunque consider que hay otros factores biologicos y medicos que pueden estar efectando la falta de energia de una persona. adicionalmente es necesario recurrir a un profesional de la salud para que, mediante estudios, analisis, etc, determine si nos está faltando algún nutriente o vitamina, o si hay algún tema médico que pueda estar consumiendonos más energia de la habitual.
Excelente artículo, despejo muchas dudas que tenia.
Buen día!! me encanto el articulo. Gracias!!!