El mundo actual nos brinda información constantemente. Oriente y occidente ya no están lejos en la realidad virtual. A pesar de acarrear ciertos problemas, esta situación nos brinda muchos beneficios, como mayor facilidad para compartir conocimientos, prácticas y elementos de diferentes culturas. Entre estas herencias se encuentran los Mandalas, que ya son eco en el inconsciente colectivo.
Todos alguna vez escuchamos hablar sobre los mandalas, más aun sin saberlo vimos uno. Quizás hasta compramos un bellísimo llavero con un dibujo circular sin saber que se trataba, efectivamente, de un mandala.
Sin embargo, entre tantos círculos dando vueltas, ¿sabemos cuál es su esencia primordial?¿Que contiene el mandala para generarnos a todos empatía y atracción incluso cuando no sabemos lo que son?
Acompañanos a descubrir el significado y las propiedades de los Mandalas en esta nota, para la cual contamos con la colaboración de nuestra autora invitada Pamela Romano, de Fundación Hampatu, exploraremos
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¿Qué es un Mandala?
La palabra Mandala es de origen sánscrito. Al analizarla por separado, Manda significa esencia y La contenido. Se puede traducir como “lo que contiene la esencia”. Por otra parte, Mandala también significa círculo, anillo de poder o rueda.
Suelen ser imágenes estéticamente bellas, ya que para emplear su trazado se utiliza geometría de forma simétrica, lo que genera una expresión armónica y ordenada.
¿Cómo se realiza un Mandala?
Para comenzar y terminar el mandala se realiza en un centro que en sanscrito es llamado Bindu; desde este centro salen todas las formas que podemos ver en el mandala como triángulos, cuadrados, círculos más pequeños y hasta imágenes de divinidades que están alrededor de este centro.
El punto central está rodeado o contenido por un círculo perfecto conocido, en si mismo, como Mandala.
El poder de los Mandalas
Los Mandalas son círculos mágicos, cuyos distintos elementos lo convierten en una receta alquímica para la transformación interior de cada persona que se conecte con ellos.
Lo maravilloso es que estas figuras geométricas son el puente entre el mundo simbólico inconsciente e interior y la creación o transformación del mundo exterior.
Además es una herramienta de meditación utilizada en oriente por monjes budistas como un sendero que conduce a la iluminación porque ofrece una estructura ordenada y sintética en el contexto de un mundo caótico y veloz.
“Muchos caminos, un mismo fin”
Hay múltiples rutas que conducen por el viaje del mandala:
- Desde el arte, pintar mandalas es un fabuloso camino de meditación, que aquieta y conecta ambos hemisferios cerebrales. Crear tu propia geometría circular, es otro camino para reconocerte en el lenguaje de la forma y aquietar el ruido mental estando en contacto con el foco ordenatorio que brinda la geometría.
- Desde el baile, a través de las danzas circulares o realizando prácticas sufistas que en su mayoría son profundos y transformadores giros mandálicos.
- Desde el yoga, la meditación con mandalas a través de la visualización de un yantra (figura que además suele estar representada por una divinidad y cargada de energía simbólica). Al mantener la mirada sobre un punto, la mente se focaliza y los beneficios del yoga se manifiestan de forma inmediata equilibrando la respiración y permitiendo conectar con el mayor fin de estas técnicas ancestrales: Integrar a el ser humano.
Yoga se traduce como unión, los mandalas representan la totalidad del ser. Por eso se ambos se convierten en dos ingredientes de una misma medicina para la mente, el cuerpo y el alma.
Los Mandalas según Carl Jung
El psiquiatra suizo Carl Jung investigó los procesos psíquicos de sus pacientes a través del uso del mandala. Definía estos círculos como la expresión de la totalidad del ser.
También equiparó el mandala con el ojo humano en términos morfológicos y en sentido espiritual. Lo consideró porque este órgano humano representa la vista y la luz, así como la consciencia. Asociaba que a través de los ojos se representaba la unión entre el individuo y el cosmos.
Asimismo, consideró que para realizar un verdadero proceso de transformación interna era necesaria la producción de muchas obras circulares.
Conclusión
Los mandalas despiertan a la construcción de mapas simbólicos accesibles a la consciencia, para que en cada línea podamos reconocernos, en cada forma transformarnos, y en cada círculo encontrar la intención de estar unidos en las múltiples dimensiones de nuestro Ser Humanos.
Sobre Pamela Romano:
Escuela latinoamericana de Bioenergética. Capital Federal – Buenos Aires – Argentina. Título: Terapeuta Bioenergética.
Fundación de psicología analítica C.G Jung. Capital Federal – Buenos Aires – Argentina. Maestria en Arte-terapia.
Escuela Internacional de Yoga. Profesora Integral de Yoga. Capital Federal – Buenos Aires – Argentina.
Amo los mandalas, no hay nada que me quite más el estrés que dibujarlos, es un arte de alivio y sanación de la mente, animense!!
Es espectacular los círculos de terapias con mandalas
Soy de Piura Perú sigo indagando por q mi placer es ayudar a los ancianos.
Mi búsqueda es como poder hacerlo por medio de esta terapia demandalas
Muy agradecida por este gran apoyo.