En los últimos años se han hecho muy populares los alimentos orgánicos demostrando el interés de mucha gente por un cambio positivo en la alimentación y también la desconfianza en la seguridad y producción de los alimentos convencionales.
La producción orgánica o ecológica tiene como objetivo principal la producción de alimentos saludables, de mejor calidad nutritiva, sin contaminantes y obtenidos mediante un sistema de trabajo sustentable. Esto implica la creación, recuperación y mantenimiento de los agro-ecosistemas cuya productividad está basada en el aprovechamiento correcto de los ciclos naturales. Para llevarse a cabo necesita de un sistema de producción tanto o más complejo que el convencional capaz de brindar alimentos inocuos, es decir, libres de residuos agroquímicos y medicamentos que puedan constituir un riesgo para la salud o contaminar el ambiente.
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¿Cómo surge la idea de una agricultura orgánica?
A nivel mundial, la tecnificación progresiva de la agricultura llevó a explorar los recursos naturales al límite de sus posibilidades, lo que produjo efectos indeseados sobre el ambiente. Esto alertó sobre la necesidad de no generar más alteraciones en los ecosistemas, lo que resultó en una vuelta a los antiguos modos de producción. En simultáneo, los consumidores comenzaron a tomar mayor conciencia acerca de la necesidad de mejorar su calidad de vida mediante el consumo de alimentos saludables.
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La comisión del Codex Alimentarius, un programa desarrollado en conjunto entre FAO y OMS sobre Normas Alimentarias en el marco de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación realizado en Roma en el año 2005, definió el concepto “orgánico” como:
“Un término de etiquetado que indica que los productos se han producido con arreglo a las normas de la producción orgánica, y que están certificados por un organismo o autoridad de certificación debidamente constituido. La agricultura orgánica se basa en la reducción al mínimo del empleo de insumos externos, y evita el empleo de fertilizantes y abonos sintéticos. Debido a la contaminación ambiental generalizada las prácticas de agricultura orgánica no pueden garantizar la ausencia total de residuos. Sin embargo, se aplican métodos destinados a reducir al mínimo la contaminación del aire, el suelo y el agua. Los manipuladores, elaboradores y vendedores al por menor adhieren a normas que mantienen la integridad de los productos de agricultura orgánica. La meta principal de la agricultura orgánica es lograr alimentos producidos orgánicamente que buscan el nivel óptimo de salud y productividad de las comunidades interdependientes de organismos del suelo, plantas, animales y seres humanos”.
¿Cuáles son las razones de implementar un sistema de producción orgánica?
- Aumentar la diversidad biológica del sistema en su conjunto.
- Incrementar la actividad biológica del suelo.
- Mantener la fertilidad del suelo a largo plazo.
- Reutilizar los desechos de origen vegetal y animal a fin de devolver nutrientes a la tierra, reduciendo al mínimo el empleo de recursos no renovables.
- Hacer uso de recursos renovables en sistemas agrícolas organizados localmente.
- Promover un uso saludable del suelo, el agua y el aire reduciendo al mínimo todas las formas de contaminación que puedan resultar de las prácticas agrícolas.
- Manipular los productos mediante métodos de elaboración cuidadosos, a efectos de mantener la integridad orgánica y las cualidades vitales del producto en todas las etapas.
¿Cómo identificar los alimentos orgánicos?
Para algunos, la palabra “orgánico” significa nutritivo; para otros, alimentos más limpios y seguros. Incluso están quienes entienden por “orgánico” aquellos alimentos producidos sin causar polución o dañando lo menos posible el aire, la tierra y el agua. Por ejemplo, para que la leche sea considerada orgánica, en teoría la vaca debe estar alimentada 100% con granos que no hayan sido tratados genéticamente en suelos naturalmente fértiles. Tampoco deben recibir antibióticos u hormonas dichos animales.
Es muy difícil lograr alimentos que estén totalmente libres de pesticidas, debido a que en los suelos éstos permanecen largos periodos de tiempo en cantidades insignificantes o pueden contaminarse de suelos próximos a ellos. No obstante, teniendo en cuenta el modelo de producción actual, se podría diferenciar a los productos orgánicos en cuatro categorías:
- “100 % orgánicos”: son aquellos productos sin ingredientes no orgánicos.
- “Orgánicos”: para los productos con un 95 % de los ingredientes de tipo orgánico.
- “Hechos con productos orgánicos”: para los productos realizados entre un 50 – 95 % con ingredientes orgánicos.
- “Productos con menos del 50 %”: de los ingredientes orgánicos, se deberá especificar en que cada ingrediente la procedencia.
Desde el punto de vista legal, un producto orgánico es aquel que está certificado por una autoridad competente. En Argentina, la Cámara de Certificadores nuclea a las empresas habilitadas por el Estado para tal fin. Y define como orgánico un sistema de producción diferenciado cuyo resultado es un alimento libre de químicos y sustancias tóxicas reales o potenciales para la salud humana.
El Movimiento Argentino para la Producción Orgánica (MAPO) reúne en su interior a todas las entidades, personas, empresas u ONGs, que se relacionan de algún modo con la producción orgánica al mismo tiempo que establece contactos y acuerdos con las pequeñas organizaciones afines del interior. Conviven diferentes emprendimientos locales de delivery de frutas y verduras que provienen de diversas quintas o zonas aledañas a la Ciudad y Provincia de Buenos Aires. Quinta fresca, Tallo Verde, el Rincón Orgánico, Tienda Orgánica o de la Huerta a tu mesa, son algunos ejemplos concretos. Además, mensualmente y de manera semanal, se llevan adelante mercados orgánicos en determinados puntos de la Ciudad y Provincia de Buenos Aires, como: Sabe la Tierra, Buenos Aires Market, BioMarket, Mercado Punto Verde, El Galpón, Feria de Bonpland y San Telmo Verde. Se trata de puntos de encuentro que permiten al consumidor generar un intercambio directo con el productor.
Éstos son algunos ejemplos de los sellos que garantizan la certificación orgánica:
El sello certifica que el proceso de cultivo responde a la reglamentación establecida. El control es semestral y según el producto, se toman muestras para laboratorio y se sigue cada una de las etapas de producción. A la vez actúa un comité independiente (expertos externos a la certificadora) y si el productor no cumple el protocolo, se le da de baja.
Para obtener la certificación, cada establecimiento debe seguir y respetar pautas específicas:
- Mantener la biodiversidad en: el cauce de los ríos, la calidad del agua, la capa de ozono de la tierra, la flora y fauna originaria, es decir, las características y equilibrios naturales de cada lugar.
- Eliminar la utilización de químicos sintéticos dado que no están permitidos los pesticidas, herbicidas ni los transgénicos, como tampoco las hormonas y antibióticos.
- Está prohibido el encierro y el maltrato animal.
- Garantizar la producción sustentable mediante el equilibrio ecológico y un sistema de producción socialmente justo. El agente debe trabajar en un medio sano y con un mejor sistema de distribución de la riqueza.
Alimentos orgánicos vs alimentos no-orgánicos
Todo los alimentos deben ser inocuos, es decir, no producir enfermedad. En el caso de los orgánicos, se busca que la sanidad sea perfecta y se le agrega la calidad. Entonces, se exploran las características alimenticias óptimas, las características organolépticas (sabor, textura y olor) y que tenga trazabilidad, es decir, seguir el alimento desde la semilla hasta el fruto; desde la gestación hasta la manufactura. Eso es lo que se garantiza con la certificación orgánica. Por lo tanto, para el consumidor la garantía de veracidad reside en el sello de los productos.
En la actualidad se producen todo tipo de alimentos bajo protocolos orgánicos: carnes, huevos, miel, aceitunas, azúcar, yerba mate, té, café, legumbres, frutas, hortalizas, vinos, aceites, lácteos, con toda la variante de derivados y formas de comercialización (por ejemplo, congelados, conservas, dulces, etc). Es decir, toda la producción agropecuaria y su correspondiente agroindustria.
¿Por qué consumir orgánico?
- Valor nutritivo. Cultivados en suelos equilibrados por fertilizantes naturales, los alimentos biológicos son de mejor calidad por su contenido en vitaminas, minerales, hidratos de carbono y proteínas.
- Sabor. Regeneradas y fertilizadas de manera natural, las hortalizas crecen sanas y se desarrollan de mejor forma, con su auténtica aroma, color y sabor; lo que permite redescubrir el verdadero gusto de los alimentos originariamente no procesados.
- Garantía de salud. Los estudios toxicológicos reconocen la relación existente entre los pesticidas y ciertas patologías, como el cáncer, las alergias y el asma.
- Agua pura. La práctica de la agricultura ecológica no utiliza productos peligrosos ni grandes cantidades de nitrógeno que contaminan y lesionan el agua potable garantizando la obtención de agua para el futuro.
- Suelo fértil. El suelo es la base de toda la cadena alimentaria y la principal preocupación de la Agricultura Orgánica. Cualquier práctica de labor del suelo debe buscar la conservación de la fertilidad del mismo e inclusive mejorar su condición.
- Biodiversidad. La agricultura orgánica preserva las semillas para el futuro, impidiendo de este modo, la desaparición de algunas especies de gran valor nutritivo y cultural.
- Armonía. La agricultura orgánica respeta el equilibrio de la naturaleza contribuyendo a la preservación del ecosistema. El equilibrio entre la agricultura y la forestación y la rotación de los cultivos permite la preservación de un espacio rural capaz de satisfacer a las futuras generaciones.
- Educación. La agricultura orgánica es una gran escuela práctica de educación ambiental.
Los beneficios de consumir alimentos orgánicos
La cantidad de nutrientes es similar en los alimentos de producciones convencionales o ecológicas, lo que difiere es la calidad de los mismos. El gran beneficio de los alimentos orgánicos es que están absolutamente libres de residuos químicos. No están permitidos los aditivos y conservantes (excepto los naturales); plaguicidas ni fertilizantes; tienen menos o nulos residuos de medicamentos veterinarios; no contienen hormonas; ni metales preciosos (presentes en suelos y aguas) y no pueden ser irradiados.
La discusión actual no pasa por “orgánico vs convencional” dado que en el mundo actual es muy difícil que se dejen de usar transgénicos y agroquímicos. Lo importante es que la sociedad, dentro de sus posibilidades, pueda elegir la calidad de los alimentos que consume.
Afortunadamente, y gracias a articulos como este, cada vez mas gente deja de comer alimentos ultra procesados, se vuelca por comida orgánica, con los multiples beneficios que eso conllva a la salud, al medio ambiente y tanto más. Brindo por ello!